¿Por qué todos hablan tanto de la microbiota y yo hablo tan poco?

A día de hoy existen 40365 publicaciones en PubMed, el buscador de artículos científicos que más se utiliza, usando los términos «gut microbiota» o microbiota intestinal (MI). Aparecen unas 20 y 30 publicaciones nuevas cada día. No me da la vida para estar actualizada.

Estoy segura que buscando sobre cualquier enfermedad, encontraremos artículos que la relacionen con la MI. La mayoría estudios en ratones. De más está decir que somos bastante diferentes a los ratones, incluyendo nuestro tubo digestivo. Por eso, hay que tener cuidado de aquellos que extrapolan conclusiones de estudios animales para aplicarlas en humanos.

A pesar de contar con miles de estudios, solo se ha podido explicar de un 15 a 20% de la variabilidad en la composición de la MI. Desconocemos qué pasa con ese 80%. Los que se dedican de verdad a estudiar el tema, se han dado cuenta de que es mucho más complicado de lo que parecía al principio.

También se habla mucho de la disbiosis.

El concepto de disbiosis se usa para describir un cambio en la diversidad de la MI, cuando hay más microorganismos «buenos» que «malos». Pero, aunque se usa muy alegremente, no tenemos una definición de los que es una «microbiota sana».

Por eso, lo de hacerse un test de la MI en casa, además de ser poco fiable, no nos serviría para nada. Aunque fuese verdad que miden los microorganismos de nuestras heces, ¿qué hacemos con esa información? ¿necesitamos tratamiento?, y si es así, ¿qué tratamiento? Aquí es donde se aprovechan los que venden probióticos o productos milagro. No dan puntada sin hilo.

Es cierto que se han visto asociaciones entre cambios de la MI y enfermedades gastrointestinales. Lo que no sabemos es si estos cambios son causa, consecuencia o un hallazgo incidental. ¿Qué fue primero los cambios en la MI o la enfermedad con la que se relaciona? ¿El huevo o la gallina?

Hasta ahora, a pesar de lo interesante y relevante que es el tema, pocas conclusiones claras podemos sacar para hacer recomendaciones clínicas. En lo que existan, no dudaré en contarlo.

Mientras tanto, sí que hay cosas que podrías hacer por mejorar tu salud, y por ende la de tu microbiota intestinal. Lo puedes leer en este artículo

Fuentes: